Nuestro abrazo es la cuequita con la que comenzaremos, y la verdad no hay mucho que hacer: las guitarras suenan bien, la voz no desafina demasiado (oh!) y el bombito (pese a ser surdo) lo logra decentyemente. Al final nos concentramos en que suene natural, mezclamos las palmitas para que parezcan de guitarreada y voilá! Ya está.
Seguimos con los lunes, la pieza que según la Berna es la más triste que pueda yo haber escrito. No lo pensé así cuando lo hice, pero tal vez tenga que ver con que cuando uno canta, no solo hace catarsis sino exorcismo y nos libramos de las cosas que nos hacían mal al cantarlas. Aquí nos aventuramos a ponerle theremin, el Oscar se rajó. La idea era de alguna manera hacer los aparecer los fantasmas que rondan la canción.
A continuación el mago, un temita llevadero y tranqui. La cosa es que mientras la escuchaba me sonaba cada vez más reggae y se lo dije a la Berna: ¿Qué tal si armamos una secuencia con las voces que grabé y lo volvemos reggae? No teníamos mucho tiempo así que dejamos esta hasta mañana. Eso sí las voces y la guitarra están listas.
Terminamos con niebla, el vals dedicado a al Alfonsina Storni, que siguiendo la moda de los siglos pasados escribía de maravilla pero le iba como en la guerra y terminó sus días lanzándose al mar. Triste no? Puede sonar cínico pero yo estoy feliz, estamos cada vez más cerca de terminar minimalia.
Seguimos con los lunes, la pieza que según la Berna es la más triste que pueda yo haber escrito. No lo pensé así cuando lo hice, pero tal vez tenga que ver con que cuando uno canta, no solo hace catarsis sino exorcismo y nos libramos de las cosas que nos hacían mal al cantarlas. Aquí nos aventuramos a ponerle theremin, el Oscar se rajó. La idea era de alguna manera hacer los aparecer los fantasmas que rondan la canción.
A continuación el mago, un temita llevadero y tranqui. La cosa es que mientras la escuchaba me sonaba cada vez más reggae y se lo dije a la Berna: ¿Qué tal si armamos una secuencia con las voces que grabé y lo volvemos reggae? No teníamos mucho tiempo así que dejamos esta hasta mañana. Eso sí las voces y la guitarra están listas.
Terminamos con niebla, el vals dedicado a al Alfonsina Storni, que siguiendo la moda de los siglos pasados escribía de maravilla pero le iba como en la guerra y terminó sus días lanzándose al mar. Triste no? Puede sonar cínico pero yo estoy feliz, estamos cada vez más cerca de terminar minimalia.
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