El lunes, aun con la incertidumbre de la distribución del disco (finalmente la opción de salir con la edición de Alasitas de La Prensa se pudrió) nos encaminamos a la recta final de la mezcla. Los temas más peludos ya estaban y terminamos playa, rapidito nomás. Seguimos con cleptomanía, el landó que canté junto a la marce araúz, y quedó relindo. La percusión tienes un power afro y las voces suenan súper-naturales.
Luego al rock de la tabla del dos, una suerte de punk adolescente que tiene una guitarra fortísima y mugrienta y un par de voces en plan empute.
A continuación la buena onda que transmite la viola del Sergio Medina en invierno, nos puso a todos contentos, imaginándonos en un desierto de película gringa. Aunque en este caso el slide viene de La Paz (que por tanta subida y baja podía llamarse Cansas City).
Luego al rock de la tabla del dos, una suerte de punk adolescente que tiene una guitarra fortísima y mugrienta y un par de voces en plan empute.
A continuación la buena onda que transmite la viola del Sergio Medina en invierno, nos puso a todos contentos, imaginándonos en un desierto de película gringa. Aunque en este caso el slide viene de La Paz (que por tanta subida y baja podía llamarse Cansas City).
Terminamos con canto del río, la canción, más cortita del álbum. Un juego de palabras con su guitarrita criolla detrás. Falta poco.
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