Comenzamos con un frustrado ensayo de camaleón, que debió volverse jam. Igual rico, con un poco de basket trucho y la novedad de Enero, el instrumental que mi cumpa Sergio Medina me prestó amablemente para minimalia y que será la música de fondo para un poema en el cd-rom.
En pro audio, por la tarde, encuentro con mi cumpa Sergio Antezana que está grabando su tercer disco, y entre el miércoles y el viernes metería bases de bata, bajo y teclados, toda una novedad en su sonido. Ahí estaban el Julito Jaime, el Martin Fox y el Marco Flores, dándole forma a sus temas nuevos en versiones que me moría de curiosidad por escuchar pero de los que me llegaban apenas pedacitos al estudio de arriba, donde no podía perder la concentración.
La idea era empezar por los temas digamos más peludos, o sea con mayor cantidad de registros, pistas y/o instrumentos. Así que atacamos al instrumental sol, la bossa llena de cositas, que había que abordar criteriosamente. Todo lo que estaba grabado solo serviría en determinados momentos de la canción. La base muy brazuka (surdo, pandeiro, go-go bell, shaker) sostiene a las guitarras. Yo hice un par de bases, una marcando el golpe de la bossa, y la otra más rasgueada con phaser que le da un cierto tinte psicodélico. A esto le sumamos la de Sergio Medina que está llena de sutilezas y melodías chiquitas. El resultado está bastante interesante y deja una sensación positiva, como rayitos de sol entre los párpados.
Continuamos con planeador, el valsecito dulzón. Siempre me imagino un avión de papel cuando la escucho. Lo que más trabajo dio fue la banda oktoberfest que programó el Oscar. Lo de la puta de estos samples es que suenan super naturales. Como decía el bambino Veira: “la base está”. Ya tenemos cinco temas. De lujo.
Antes de irme me encontré con mi amiga Vero Buen-a-ventura, haciendo barra (dizque un documental) por el Sergrito. Buen día.
En pro audio, por la tarde, encuentro con mi cumpa Sergio Antezana que está grabando su tercer disco, y entre el miércoles y el viernes metería bases de bata, bajo y teclados, toda una novedad en su sonido. Ahí estaban el Julito Jaime, el Martin Fox y el Marco Flores, dándole forma a sus temas nuevos en versiones que me moría de curiosidad por escuchar pero de los que me llegaban apenas pedacitos al estudio de arriba, donde no podía perder la concentración.
La idea era empezar por los temas digamos más peludos, o sea con mayor cantidad de registros, pistas y/o instrumentos. Así que atacamos al instrumental sol, la bossa llena de cositas, que había que abordar criteriosamente. Todo lo que estaba grabado solo serviría en determinados momentos de la canción. La base muy brazuka (surdo, pandeiro, go-go bell, shaker) sostiene a las guitarras. Yo hice un par de bases, una marcando el golpe de la bossa, y la otra más rasgueada con phaser que le da un cierto tinte psicodélico. A esto le sumamos la de Sergio Medina que está llena de sutilezas y melodías chiquitas. El resultado está bastante interesante y deja una sensación positiva, como rayitos de sol entre los párpados.
Continuamos con planeador, el valsecito dulzón. Siempre me imagino un avión de papel cuando la escucho. Lo que más trabajo dio fue la banda oktoberfest que programó el Oscar. Lo de la puta de estos samples es que suenan super naturales. Como decía el bambino Veira: “la base está”. Ya tenemos cinco temas. De lujo.
Antes de irme me encontré con mi amiga Vero Buen-a-ventura, haciendo barra (dizque un documental) por el Sergrito. Buen día.
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