El soundtrack del fantástico biopic que realizó Todd Hayes sobre el gran Bob Dylan, revisita a grosso modo el repertorio del cantautor “bisagra” en la historia de la música del siglo XX, descubre algunas rarezas y regala versiones destacables, en la voz de artistas que -en proporciones distintas- continuaron el camino del trovador. Eso sí, la mayoría de las reversiones practican un religioso respeto por las originales, y no es exagerado decir que lo más memorable del disco es la grabación encontrada de “I’m Not There” de 1967, en la voz de un extraviado Dylan. Pero con tamaño repertorio no la podían pelar: Eddie Vedder (Pearl Jam), que se hace cargo de “All Along The Watchtower” y Karen O (de Yeah Yeah Yeahs) con “Highway 61 Revisited” se cuentan entre lo mejor del álbum.
Animal de Ciudad, alias del cantautor cruceño Ronaldo Vaca-Pereira, ensaya una proyección ecléctica de la canción de autor. Jugándosela en la producción musical (Diego Peña), Experimento… se orienta hacia un sonido pop (con recurrentes guitarras funk), que le brindan a la lírica sin vueltas de Ronaldo, el contexto adecuado para cantar acerca de la ciudad, ya sea como concepto abstracto o como un retrato explícito de Santa Cruz. El pegadizo funk jazzy “Animal de Ciudad”, la acústica “Puentes” y el reggae “Tierra de Colores”, con la destacada participación del carismático Matamba (líder de Zion), se cuentan entre lo mejor de una las propuestas más interesantes en la música popular boliviana.
Coiffeur – No Es
Estamos Felices (Argentina)
El cantautor argentino Guillermo Alonso, bajo la producción de Mariano Esaín (Manza, Valle de Muñecas), concreta su primer álbum “oficial” (el primero se grabó y distribuyó de manera -muy- independiente). Dueño de un timbre vocal peculiar y sensible, que podría sonar desagradable en otras circunstancias (¿No podría decirse lo mismo de Silvio Rodríguez o Lou Reed?), Coiffeur ofrece un muestrario de canciones en las que el rol de cantautor se columpia entre la narración, la reflexión y la incertidumbre. Con el protagonismo de la guitarra criolla rasgueada y una sensata producción de arreglos (brasses, programaciones, teclados), los temas -en general- de fina factura se suceden brindando una experiencia íntima y renovadora.
El cantautor argentino Guillermo Alonso, bajo la producción de Mariano Esaín (Manza, Valle de Muñecas), concreta su primer álbum “oficial” (el primero se grabó y distribuyó de manera -muy- independiente). Dueño de un timbre vocal peculiar y sensible, que podría sonar desagradable en otras circunstancias (¿No podría decirse lo mismo de Silvio Rodríguez o Lou Reed?), Coiffeur ofrece un muestrario de canciones en las que el rol de cantautor se columpia entre la narración, la reflexión y la incertidumbre. Con el protagonismo de la guitarra criolla rasgueada y una sensata producción de arreglos (brasses, programaciones, teclados), los temas -en general- de fina factura se suceden brindando una experiencia íntima y renovadora.
Este sexteto brasilero demuestra que se puede hacer pop con una actitud agresiva y sacar la lengua sin desparpajo, al tiempo de poner bailar a todo el mundo. Con letras subidas de tono, este singular grupo -cinco chicas y un chico -que cantan, entre otras divertidas barbaridades “lame mi teta artística”, con voces aniñadas y talante punk, potenciaron su conquista del mercado a través del internet, donde el corte “Let’s Make Love And Listen The Dead From Above”, se hizo un hit instantáneo. Con formato de banda de rock, las excéntricas paulistanas, fueron la revelación de la cultura clubber del pasado año, con sonidos y letras tan provocadores como irresistibles.
Bruce Springsteen – Magic
El boss se añeja con gracia, vuelve a la carga -reconciliado con la orgánica y legendaria E-Street Band-, y saca adelante un disco vibrante, en el que el viejo rockero de New Jersey suena vital y sentencioso. La producción de Brendan O’Brien (Pearl Jam, Rage Against The Machine) se deja sentir en la calidad y calidez del registro, y en los arreglos (sobre todo en las guitarras del hit "Radio Nowhere") a las buenas nuevas canciones de Springsteen (que comparte créditos con su esposa, la violera Patti Scialfa) que soportan con aplomo una dosis de grandilocuencia sesentera, evidente en “Girls In Their Summer Clothes”, "Your Own Worst Enemy" o "You'll Be Coming Down".
Después del soberbio Medulla (2004), la chica rara del pop, recurre al peso pesado Timbaland, el productor del momento, para continuar su obra experimental y desconcertante, y ensaya alusiones directas a la world music. La excéntrica islandesa introdujo además, durante su gira 2007, un instrumento nuevo, el reactable, por sí solo merecedor de un apartado. Es cierto, sin llegar a los altos puntos de su predecesor o, digamos, Homogenic (1997), Volta alcanza para colocar a su inquieta autora entre lo mejor del año pasado sencillamente porque no podemos dejar pasar de largo canciones como “Earth Intruders” o “Innocence” (ambas con potentes beats típicos de Timbaland), “Wanderlust”, “The Dull Flame of Desire”, o la afable “Hope”.
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