O gran Caetano se decidió por una suerte de Tropicalismo modelo 07’, y deja de lado la fina estampa, proponiendo un sonido que remite a sus experimentos de los años sesenta. Esta sorpresiva crudeza (una grata sorpresa que quiebra el cliché y el halo de previsibilidad que se le atribuyó a su obra en la última década), fruto de la inclusión de guitarras eléctricas distorsionadas, cortesía del coproductor Moreno Veloso, hijo del cantautor, otorga nuevas posibilidades melódicas a las siempre inspiradas letras de Caetano. El otro productor musical, el guitarrista Pedro Sâ, también deja mucha huella propia en los arreglos, que son sustentados por una base de trío de rock (batería, bajo y guitarra). Las hermosas melodías de Veloso padre son puestas a prueba por el minimalismo y la intención rock de la instrumentación en un disco sentido y arriesgado.
escucha más de caetano aquí: www.caetanoveloso.com.br
Ben Harper – Lifeline
El songwriter canadiense Ben Harper, ha construido una carrera musical sólida y respetada merced a su extraordinaria y prolífica labor creativa, donde conviven diferentes raíces de la música norteamericana (blues, roots-reggae, folk) matizadas por la sensibilidad de su voz y lírica (en los últimos años, dirigida a formar una conciencia humanista y ecológica en su público), y su constante crecimiento como intérprete de la guitarra. Su décimo álbum de estudio Lifeline, grabado en el legendario Studio Gang, de París, durante -e inmediatamente después de terminar- la gira europea del año pasado, lo muestra en un alto nivel interpretativo, y el ensamble con los Innocent Criminals, su banda de siempre, logra momentos de alta belleza, reforzados por el hecho de que la grabación y la mezcla se realizaron de manera analógica (a 16 canales, nada de ProTools), todo un lujo y una declaración de principios en pleno siglo XXI.
El songwriter canadiense Ben Harper, ha construido una carrera musical sólida y respetada merced a su extraordinaria y prolífica labor creativa, donde conviven diferentes raíces de la música norteamericana (blues, roots-reggae, folk) matizadas por la sensibilidad de su voz y lírica (en los últimos años, dirigida a formar una conciencia humanista y ecológica en su público), y su constante crecimiento como intérprete de la guitarra. Su décimo álbum de estudio Lifeline, grabado en el legendario Studio Gang, de París, durante -e inmediatamente después de terminar- la gira europea del año pasado, lo muestra en un alto nivel interpretativo, y el ensamble con los Innocent Criminals, su banda de siempre, logra momentos de alta belleza, reforzados por el hecho de que la grabación y la mezcla se realizaron de manera analógica (a 16 canales, nada de ProTools), todo un lujo y una declaración de principios en pleno siglo XXI.
El quinteto mexicano continúa divirtiéndose con la fusión electrónica sobre ensamble rock (que no renuncia a guiños muy latinos en los arreglos, letras y “ruiditos”), combinando el pop sónico y sofisticado, con canciones redondas y pegadizas, que se resuelven mejor con la estructura de banda de rock. Reina, el tercer disco de los regiomontanos, se aleja del más experimental Atlas (2003) y pide pista para fiesta descontrolada (“León”, “Sister Twisted”, “Lay Back”), efusiones new wave (“Una línea de luz”) o trance (“Nothing Really”), consiguiendo un sonido siempre fresco y que -pese a las aparentes contradicciones rítmicas y sonoras, y el bilingüismo- concatena las canciones con una naturalidad asombrosa, manteniendo siempre la escucha firme y los pies en movimiento.
bajátelo de : stayfree.blogspot.com/2007/04/kinky-reina.html
Damien Rice – 9
Los cantautores under parecen vivir (y ofrecer recitales y producir discos) en un universo paralelo, dónde a la gente sí le interesan las canciones en su estado natural, y es sensible a la lírica sencilla y honesta, y a las melodías directas (e inagotables) de las nuevas generaciones de fabricantes de canciones. Hoy, que las cadenas internacionales ya casi no pasan videos de música y tenemos que adscribirnos al monopolio y la dictadura del hip-hop, el reggaetón y el pop prefabricado, voces e intenciones estéticas como las del irlandés Damien Rice, destacan como una digna alternativa para seguir escuchando buena música. En 9, la balada folk y rock, y las líneas melódicas afables de Rice, ofrecen una grata y amable experiencia musical, colmada de naturalidad y susurros. Para destacar “Accidental Babies” y “The Animals Were Gone”.
Los cantautores under parecen vivir (y ofrecer recitales y producir discos) en un universo paralelo, dónde a la gente sí le interesan las canciones en su estado natural, y es sensible a la lírica sencilla y honesta, y a las melodías directas (e inagotables) de las nuevas generaciones de fabricantes de canciones. Hoy, que las cadenas internacionales ya casi no pasan videos de música y tenemos que adscribirnos al monopolio y la dictadura del hip-hop, el reggaetón y el pop prefabricado, voces e intenciones estéticas como las del irlandés Damien Rice, destacan como una digna alternativa para seguir escuchando buena música. En 9, la balada folk y rock, y las líneas melódicas afables de Rice, ofrecen una grata y amable experiencia musical, colmada de naturalidad y susurros. Para destacar “Accidental Babies” y “The Animals Were Gone”.
Pedro Guerra – Vidas
Cuando se habla de artistas consolidados, que ya han dado muestras cabales de calidad y han asentado un estilo propio reconocible, decir que su último trabajo discográfico es ”más de lo mismo”, puede significar tanto una buena noticia, como la constatación de su decadencia. Les regalo el dilema. Vidas, del español (bueno, canario) Pedro Guerra, suena ni más ni menos como los últimos discos que viene realizando: cálido, impecable en la instrumentación y producción musical, y ocupado por canciones que van de la fábula a la confesión desgarrada, con una voz que comunica, sin llegar nunca a ser dicharachera. En todo caso, en más de quince años de carrera, Guerra, si bien se repite en sus narraciones en tercera persona y sus enumeraciones, no logra aburrir por la simple razón que cada nueva entrega de canciones complementa naturalmente a lo cantado hasta aquí. ¿Qué tiene eso de malo?
Más en: www.pedroguerra.com/
Cuando se habla de artistas consolidados, que ya han dado muestras cabales de calidad y han asentado un estilo propio reconocible, decir que su último trabajo discográfico es ”más de lo mismo”, puede significar tanto una buena noticia, como la constatación de su decadencia. Les regalo el dilema. Vidas, del español (bueno, canario) Pedro Guerra, suena ni más ni menos como los últimos discos que viene realizando: cálido, impecable en la instrumentación y producción musical, y ocupado por canciones que van de la fábula a la confesión desgarrada, con una voz que comunica, sin llegar nunca a ser dicharachera. En todo caso, en más de quince años de carrera, Guerra, si bien se repite en sus narraciones en tercera persona y sus enumeraciones, no logra aburrir por la simple razón que cada nueva entrega de canciones complementa naturalmente a lo cantado hasta aquí. ¿Qué tiene eso de malo?
Más en: www.pedroguerra.com/
Black Rebel Motorcycle Club – Baby 81’
Entres las buenas nuevas del rock gringo, BRMC es sin duda una importante revelación en los últimos años. Con alma retro, el power trío de San Francisco invoca a las raíces del hard rock clásico (aunque hay referencias a los 70’s, 80’s y 90’s, sobre todo en la mezcla de batería y guitarras) y ataca con un sonido poderoso, de garaje, que potencia la rabiosa guitarra y la vibrante voz de Peter Hayes, sobre canciones muy bien logradas que no dan respiro. “Took Out A Loan”, “Berlin” y “Weapon Of Choice” entran con patada voladora en lo oídos, y los temas posteriores continúan la línea. Por momentos parece la banda sonora de unos Hell’s Angels perdidos en el tiempo, y tiene un suplemento ideal de suciedad y actitud que el rock -en ésta y en cualquier época-, siempre agradece.
Entres las buenas nuevas del rock gringo, BRMC es sin duda una importante revelación en los últimos años. Con alma retro, el power trío de San Francisco invoca a las raíces del hard rock clásico (aunque hay referencias a los 70’s, 80’s y 90’s, sobre todo en la mezcla de batería y guitarras) y ataca con un sonido poderoso, de garaje, que potencia la rabiosa guitarra y la vibrante voz de Peter Hayes, sobre canciones muy bien logradas que no dan respiro. “Took Out A Loan”, “Berlin” y “Weapon Of Choice” entran con patada voladora en lo oídos, y los temas posteriores continúan la línea. Por momentos parece la banda sonora de unos Hell’s Angels perdidos en el tiempo, y tiene un suplemento ideal de suciedad y actitud que el rock -en ésta y en cualquier época-, siempre agradece.
El sexteto de San Telmo, Buenos Aires, Argentina, proyecta y continúa la onda rock latino de su primer disco Cancionero para niños sin fe (2003), pero va más allá, y se sumerge en un collage ambicioso de ritmos (eso sí, no olvidan la porteñidad ni el ska) e influencias, con letras más crípticas y voladas (cortesía en su mayor parte del vocacho Federico Cabral), pero la misma disposición y poder sonoro que los hace una de las bandas más interesantes del nuevo rock argentino. Con la producción de Goy Ogalde (Karamelo Santo), el disco suena con la misma intensidad y calidad compositiva de Cancionero… pero más rockero y urbano. El ska “No te detengas”, la rocker “En el aire”, la conmovedora, “Adiós”, y las extrañas “Iggy Pop de San Telmo” o “La extraña mente de un pony” muestran las aristas de una banda en constante evolución y búsqueda musical, y que seguramente dará mucho más que hablar en los próximos años.
entrá a: www.sancamaleon.com.ar/
Varios – Banda sonora de “Stranger Than Fiction”
“The Whole Wide World” de Wreckless Eric resulta ser el mayor descubrimiento (retroactivo) y quizá el mayor encanto de este soundtrack. En la peli de Marc Forster se puede escuchar de todo (oír y ver cantar “The Whole Wide World”al neurótico Harold Crick -interpretado por Will Ferrell- con la guitarrita acústica es de lo mejor del film). Ahí está Vangelis con el tristísimo vals “La petit fille de mer”, pero también los indie Maximo Park con “Going Misssing”, The Jam con “That’s Entertainment”, Delta 5 con “Mind Your Own Business” o Spoon con “My Mathematical Mind” entre otras. El dúo de compositores Brian Reitzell - Britt Daniel, se hacen cargo de la música original, que entrega atmósferas urbanas experimentales que complementan el ritmo de una de las películas más interesantes del 2007. Pero ¿qué se yo de cine?
“The Whole Wide World” de Wreckless Eric resulta ser el mayor descubrimiento (retroactivo) y quizá el mayor encanto de este soundtrack. En la peli de Marc Forster se puede escuchar de todo (oír y ver cantar “The Whole Wide World”al neurótico Harold Crick -interpretado por Will Ferrell- con la guitarrita acústica es de lo mejor del film). Ahí está Vangelis con el tristísimo vals “La petit fille de mer”, pero también los indie Maximo Park con “Going Misssing”, The Jam con “That’s Entertainment”, Delta 5 con “Mind Your Own Business” o Spoon con “My Mathematical Mind” entre otras. El dúo de compositores Brian Reitzell - Britt Daniel, se hacen cargo de la música original, que entrega atmósferas urbanas experimentales que complementan el ritmo de una de las películas más interesantes del 2007. Pero ¿qué se yo de cine?
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