Por fin empezó la grabación, luego de una demora de una semana para hacer espacio en la agenda de los estudios de pro audio, arrancamos con la grabación de las bases.
Antes. Dos cosas: 1) minimalia tiene un concepto acústico; se trata de explorar la idea de lo breve, pequeño, fugaz a través de lo austero, mínimo, minimal. Esto es: austeridad en recursos sonoros e instrumentales, básicamente mi guitarra y yo, enfatizando la primera estapa de vida de las canciones, en que se parecen mucho a cómo eran recien nacidas, el estadío primal previo a la elaboración de arreglos, instrumentación y revestimientos sonoros y estéticos, que son algo así como la constante y característica de "astronauta", mi primer disco solista; 2) minimalia será un cd-rom multimedia poblado por las causas y los efectos que me decidieron por este proyecto: canciones (chiquitas: cortas en duración, austeras en la musicalización, cercanas por íntimas), haikus, fotografías (sobre todo del altiplano: el minimalismo por antonomasia), dibujitos, cuentos brevísimos y algo más.
Con todo esto claro en la cabeza, con el latido urgente por los nervios y la emoción arranqué con las bases de guitarras acústicas de cuerdas de metal de cuatro temas. Llegaba a pro audio de un grato y consistente almuerzo en casa de mi amiga Dani M (no, no es rapera), vecina del estudio, que se rajó un almuerzo para todo un grupo de amigos, a los que me gusta apodar "the beautiful people". A las 3:30 o algo así nos vimos con el Gonzalo Gómez que, atento, divertido y pasadísimo en revoluciones como siempre, se apresuró en aclarar que mi viola (la epiphone electroacústica) no servía para grabar, no afinaba. Una decepción más en la vida de mi pobre guitarra que nunca pudo grabar en ningún disco mío por problemas de salud. Por suerte, la takamine de Oscar García estaba disponible y el Oscar me la prestó nomás, como viene sucediendo desde hace unos años.
primer día: esta es la canción que abre el disco. Me costó un cacho soltarme y después de dos tomas no pasaba nada. Hasta que el Gómez hizo notar el porqué: "¿pero cómo vas a comenzar a grabar un disco sin tomarte una cerveza?", me puteó, y era cierto. "Uh! verdá", dije yo, "pero no tengo un peso". Y era cierto. "Pará creo que Ojcár tiene una en el frizer, se la pagá de'pué". Fui a la cocina y era cierto. Así que brindamos (huari para mí, porro para él) por el disquito nuevo. Hicimos una toma y era cierto: salió de una y agarré confianza. El tema es algo así como un folk, muy de guitarreada, en cuyo estribillo dice "nada mal para el primer día" luego de que los versos enumeran cosas que pasan un día cualquiera, que se hace especial cuando asumes que es el primero de algo.
invierno: un instrumental robado de la cabeza de ben harper. algo así como una canción de cuna folk, que completará el slide de mi compadre sergio medina de camaleón. Sin novedad y con deditos.
planeador: un vals de ascendencia spinettiana (por la línea melódica y la letra), que espero termine con orquesta alemana borracha. Ya veremos. Sin pecar de canchero, le perdí el miedo al 3/4.
cumpleaños: otro instrumental, también con gentilicio spinético, le pondré una electric y unos synths para hacer ambientitos. Es hija de "almendra" el instrumental de kamikaze, y si supiera algo de armonía, les podría contar lo que hago en ella.
La soberbia farra que sobrevino a esta sesión es tema de otra materia, algo así como "fear & load in las chelas".
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