PRÓXIMAS TOCADAS

PRÓXIMAS TOCADAS
INGRESO LIBRE

miércoles, 30 de mayo de 2007

Un cuento - LA LOLA

(Este cuento forma parte de un libro en preparación del que les contaré más adelante, aunque no sabría decirles para qué)

LA LOLA


Se duerme, se queja del sueño, se cansa de tanto dormir. Se fuma un caño y qué sola, qué estúpida, qué sola, cojuda mil veces cojuda tú, yo porqué, porqué las cortinas, porqué the cure porqué el parlante rosado y el sostén como un mono colgado de la antena del stereo, a bailar carajo, a bailar solita y estúpida, a llenar el cuarto con humo de white musk no vaya a ser que mamá, a tocarse con grosería la entrepierna, a suprimir el moco que asoma con un silbidito ahogado, en re sostenido, que pone a danzar al humo ascendente del incienso como una grulla antipática. Vuela, brilla la estupisola. Caderas, cabriolas no le faltan ¿o es el trasluz? En la constelación de peluches que miran embrutecidos -puede ser la hierba- desde lo alto del ropero cenizo, destaca una ardilla -puede ser un oso- de ojos de madera vivos que parece sumarse a la fiesta. Y el desespero y la soledad como comadres cuchicheando dentro de la cabeza y más sola, y más estúpida y más y basta. Ahora el perfil incierto de la estupisola se refleja en la navaja que apunta a las muñecas, las de ella, no a las barbies que se amontonan promiscuas en un cesto de plástico rosa con la mirada perdida, pobres. La navaja afilada no necesita que nadie le diga cómo hacer su trabajo, pero la lola tiembla y de pronto Lullaby (Lola bye, el sarcasmo) y qué putas, está bueno estar vivo, mañana le cuentas a la Kiki en el recreo, en la penumbra del baño de damas, la cagada que estabas a punto de hacer. Y ahora que alguien diga que el rock no cambia el mundo. Buenas noches mami.

martes, 29 de mayo de 2007

Las canciones del astronauta (por Oscar García)

(texto escrito por Oscar García como presentación del disco "Astronauta" )


San Agustín ya sugirió, en su tiempo, que la música debía guardar profundo respeto a la palabra cantada. Se refería, por supuesto y salvando los envolventes religiosos, al texto intrínsecamente relacionado con la música. Esta suma de información, este cuerpo cargado de sobre significaciones y de sentidos es el género al que con mayor necesidad ha recurrido el humano. Es la canción.
La canción, desde los cantos rituales de los Yakis en medio del desierto caliente de Sonora hasta las experiencias alrededor de la palabra cantada del uruguayo Luis Trochón, sigue siendo el síntoma y la medida del individuo y de la sociedad. La canción escenifica, conjuga, juega, mide y masifica. La canción se deja llevar, a veces se usa (las más), a veces es fuerte y liberadora. A veces se auto define y levanta vuelo en medio de la polvareda, con valentía. Cuando esto ocurre, en la canción musicalmente se llama al riesgo, textualmente al compromiso. Esto último es una actitud envolvente en las canciones de Vadik, en cada una de las que contienen al “Astronauta”. Canciones que más allá de sugerir, nombran. La alegría y las cosas que visten a la alegría. La tristeza, las cosas que visten a las tristezas. Las ciudades, las casas y los olvidos. Los lugares del recuerdo, los sabores. Las músicas tienen, al mismo tiempo y de manera igualitaria, idéntica misión. La melodía danza cuando debe danzar, descansa cuando el texto y la imagen descansan.
En suma, música y texto hechos lenguaje. Unitario, dulce, propositivo, inteligente. Pero sobre todo, emotivo. Profundamente emotivo.
Vadik Barrón escribe, compone y canta, suma en este proyecto a varios músicos, estos se divierten y aportan. Deja cada uno lo suyo y queda luego ese algo registrado en un disco nuevo. Luego cada quien se va a sus quehaceres pero el disco queda. Es para escucharlo, varias veces.

domingo, 27 de mayo de 2007

Meridianos

Esas líneas imaginarias, imaginadas, que dividen al mundo en lugares demasido concretos, reales, palpables. Esas fronteras que surcan el aire, me hacen pensar en todos estos años, en todas esas muertes, en todas esas chicas, en todos los libros y canciones y derrotas y vuelos y glorias y películas en primera persona. Dejé de ser presuntuoso con lo inédito, caí muy bajo, escribí mucho y boté a la basura casi todo, quedan estos, meridianos de un planeta lato en el que descreo del arriba y del abajo. Afuera ruge toda la furia del mundo. Me quedo dentro haciendo fotografías.



INSTANTÁNEA


En esta esfera con olor a nafta
oigo caer la lluvia en las terrazas tercas
y aspiro el aroma
de la fauna del alambre.

Pero ya la vida es un noble gusano
que arrastra su vientre constante y acuoso
por las calles y los patios de empedrado porfiadamente triste,
y nosotros saurios obsoletos,
ambulando,
a riesgo de extinguir nuestro pesado aliento
en este mundo de mirada glacial,
punzocortante.

La vida es un saeta letal
que tañe el hueso y extrae de él música libertina
y rumba escandalosa.
La vida es un guisante con sabor a pájaro,
afuera llueve y -por ahora-
la vida es un instante perfectamente perfectible.



De Meridianos, poesía reunida de 2003 a 2007

+ de Cuaderno Rojo

JUNKIE SUPERSTAR


Una muchacha llora,
la cabeza ladeada ,
sobre los pellejos de sus jeans;
una muchacha alba
con las pupilas enormes
y un halo lento en el aire que domina.

Esta muchacha ha venido
en el reino de la noche
buscando el viejo abrazo gratuito
de los amigos y se ha encontrado
a un desconocido entre los muslos,
luego de intercambiar saludos.

Esta
muchacha es la misma
del cornezuelo y el opio bizantino, y
se anda repitiendo
por los tiempos y los tiempos
paseando su pálida cabellera
y su semblante trasnochado
por los recodos del olvido.

The Chinese Adventures - 2º entrega

CH

Dícese de esta letra que ya no va, que es obsoleta, castellana, absurda y maricona; adjetivos todos de igual tesitura y calibre; excepción hecha de maricona, que es sexista, intolerante, poco cool y no se sabe si es vocablo verdadero, corrección idiomática que compete a los diccionarios, no a nosotros, que vinimos por razones muy distintas aunque no tan nobles, ya se sabe. Aquí hay cholas y birlochas, y arrechos y mamarrachos, no hemos de caer en la vulgaridad diciendo concha o pichi como ustedes quisieran pedazo de putavidas, no señor, de lo que se trata aquí es de reivindicar a esta letra en desuso y tirada al tacho (notesé la che) por el anglicismo anglófilo que con cara anglegical nos viene a embromar, hasta el idioma, de vez en vez y, últimamente, cada dos por tres, o tres por cuatro, da igual porque el dólar sube como falda de puta, con perdón, aunque considero que decir puta es mejor que decir meretriz, que en vez de refinar la palabra, la confunde, con el resultado de que la gente cree que para meretriz se estudia, sin desmerecer claro, a un oficio en el que se empieza, como en todos, de abajo (literalmente) y todo se aprende, dicho sea todo esto, sin internaros en debates acerca del proceso enseñanza – aprendizaje, que es otro asunto que se tocará más tarde, aunque no sabríamos decirle para qué.

En fin, che, íbamos a hablar de la che, che, qué creen que esto, dónde creen que están, bueno, bueno, a lo que íbamos. No es justo pues, y no nos convencerán de lo contrario, (nótese la hinchazón de la vena en la frente, las cejas en pirámide invertida y los labios mustios: estamos cabreados) que nos quiten una letra tan pintoresca, tan chida, tan canchera, tan solidaria y sugerente, tan chinchosa, pancha, tan chowbisnes, chauvinista y cuchitril, no es justo (lectores del mundo indignaos) que por que así caprichean los gringos tengamos que abstenernos de chupar, challar, chamar, chelear, chinear o ir al chume, cuando todas estas, perversiones cierto, son legítimo derecho de gente como nosotros: changos, chingones, chatos, churros (no siempre ponderados), chamarreros, chancleteros, borrachos, chingasumares, k’chichis, cachamozos, chupamedias, cochinos, chantas y choriceros. Y si, como se sabe -lo creían los hebreos, nos los contó Borges-, la palabra hace al concepto y este al objeto, estamos todos jodidos, así que a las trincheras cumpas, defendamos a la che a todo chancho; cho’jñemos, chinguemos, chillemos como birlochas si así lo amerita el curso de la batalla pero no nos dejemos, no nos dejemos che. Chau.

jueves, 24 de mayo de 2007

Tema para un óleo impresionista

Se trata de enlazar las nubes del fondo, más bien grisáceas, con los cabellos de la niña que domina el frente, y que amenazan metérsele en los ojos, provocando, si así sucediera, el consiguiente lloriqueo y contravención de sus padres, que no se hallan lejos en el encuadre: reclinan sus elegantes trajes, de tonos pasteles, decimonónicos en un árbol robusto, puede ser un roble; si así lo asumimos, podemos inferir que nos hallamos en la campiña inglesa, no distantes de Cambridge o en los claros de los bosques que pululan en los alrededores de Tavershall; si usted lo prefiere estamos en Francia, a secas. Abanicos, mantas a cuadros rojos y blancos y cestas, cuyo contenido admite desde fiambres hasta fruta seca; saltean la superficie, más bien regular, que representa el césped verde y laxo en la parte inferior. Se trata ahora de conjugar los azules de la sombrilla extendida junto a la niña -al lado izquierdo del espectador-, bajo cuya sombra podemos advertir el sombrero, mas no la mujer, con el ámbar del sol que se sospecha detrás de la enramada agresiva del fondo, probablemente a un kilómetro de distancia, flanqueando el camino que lleva al pueblo, cualquier pueblo, esta vez eso no importa. No olvidemos dotar de especial iluminación al cuadrante inferior izquierdo donde una pareja de niños jovencísimos, acarician a un conejo albo, el ojo visible del conejo es un punto, una inflexión del pincel, un milagro. Se trata de que el color encarne el rumor del gentío que pasa el fin día en el campo, entregado a los placeres del ocio. Nótese, por último, en primer plano, abajo, a la derecha, el rincón donde asoma el hombro de un hombre al que no conoceremos nunca, y cuyo traje marrón oscuro sirve de base para la estampa de la firma del autor, en tinta clara, de trazo hábil y firme, no exento de petulancia, quizá la afrenta póstuma del artista al cielo.

La canción en Bolivia

(Artículo publicado en marzo del 2007 en el suplemento "Fondo Negro" de La Prensa)

Hablar de la canción boliviana es, al menos, arriesgado; considerando que no existe un movimiento que abrace los esfuerzos de la gente dedicada a escribir e interpretar canciones, y que genere un público y/o mercado propio, y no así un círculo de élite. Esta aparente inconsistencia, encuentra una explicación -no así una excusa- en la ausencia de una industria discográfica que explore, explote -en el buen sentido-, auspicie y difunda el trabajo de los creadores y cultores de la canción, sea ésta nueva, vieja, folklórica, rock, experimental, etc., y en la escasa formación e información del público oyente, expuesto al bombardeo mediático, al que responde de modo ovejuno.

Otra cosa: ¿Existe una Cultura Oficial en Bolivia? ¿Quiénes son? ¿Mamani Mamani, Los Kjarkas, Los Intocables? Sólo con el establecimiento de una Cultura Oficial, sea como referente simbólico o como discurso susceptible de ser refutado, podremos presumir de alternativos, independientes o rebeldes, motes que parecen calzar a quienes buscan definirse por oposición o disidencia, ante una cultura que no termina de dar la cara. Pero no se puede girar sin un eje.

Creo que lo más sano sería no pensar la canción como un género musical, sino como una manifestación, una entidad creativa unitaria -texto y música-, común a todas las músicas, y con la cualidad de asumir diversas formas y texturas de acuerdo al contexto interpretativo, temporal y espacial en que se desarrolle.

Así empezamos a entendernos y vemos que, después de todo, la canción y sus cultores, están por todos lados: en las producciones de nuestro emergente y pujante rock; en los continuadores de la tradición folklórica -de barrio, de peña- y sus manifestaciones, populares por excelencia, que renuevan el repertorio cada Carnaval, entrada y festividad; en los desvelos pop de los hacedores de jingles y hits instantáneos; en el tozudo trabajo de los cantautores del colectivo Guitarra en Mano; en la chispa inteligente -que aúna lo urbano con lo tradicional- de la obra de Manuel Monrroy; en la conmovedora voz y la austeridad sensible de Carlos López; en la ternura certera y la calidez de Matilde Cazasola; en la rebeldía emocionada de Savia Nueva y la saga Junaro; en el desafío formal -político y musical-, de Cantos Nuevos, y su prolongación en el dúo García-Orihuela, con su bien elaborado continuo texto-armonía; en la dedicada inquietud y extraordinaria voz de David Portillo; en la búsqueda armónica y la contundencia pop de Grillo Villegas; en la crónica cotidiana que Panchi Maldonado propone con Atajo; en la inspirada épica andina de los primeros Wara o Khonlaya; y en todos aquellos que cantaron las canciones que sabemos, recordamos, cantamos y disfrutamos, pero aún nos cuesta reconocer como nuestras.

Entre unos y otros, es cierto, hay abismos (musicales, generacionales, estéticos, personales). Temas, lenguajes, propuestas sonoras, recursos tecnológicos van cambiando y, al mismo tiempo, demandando de los artistas renovación, conciencia y consecuencia. En eso están, los citados antes, y otros tantos, ocupados en que la canción hecha en Bolivia tenga un lugar dentro y fuera de nosotros.


(Lee el artículo de Vadik Barrón acerca de la muerte de Syd Barrett en http://www.laprensa.com.bo/fondo_negro/20060716/art04.htm
y este otro acerca del último disco de Go-Go Blues;
http://www.laprensa.com.bo/fondo_negro/20060910/art04.htm )

miércoles, 23 de mayo de 2007

con ustedes ... the chinese adventures!

Se ha hablado, a lo largo de la historia, de una literatura "bajo la influencia" de ciertas sustancias, a menudo ilícitas, pero fáciles de conseguir para espíritus inquietos como los que moran en los pobres cuerpos de quienes se dedican a los menesteres de la palabra. En el caso de los escritos que siguen, la "influencia" ha sido premeditada a fin de observar (luego, una vez pasado el pedo) los resultados verbales de esta experiencia de la que usualmente solo sacamos en limpio una gran sonrisa. The Chinese Adventures tendrá una entrega semanal acorde a los hábitos agropecuarios de quien escribe:

ABC

Clip

Empieza a bailar, sacude la osamenta de un lado para otro en la placenta de la espiral demoníaca que circunscribe el aire y el fuego de las olas magnéticas a la sombra amarilla del pez.


A942

Algo empieza a caer, sucede al aire en arrebatos imprecisos y cae, cae sin remedio en el abismo celeste y mostaza de un cielo harto chillante. Juega, juega el carrousel, es tripleta del destino, cada vez peor. A la sombra chinesca del aparador duermen los hijos de los payasos enfundados en babas de almeja y burbujas caracol. Qué es lo que puede ocurrir ahora? pregunta, sobresaltado, el Conejo Kevin; la chucha que lo parió, tercia el indiscreto doctor Clemenson (sí, como el de Cruzeiro). Qué día empieza con ésta jirafa, se preguntaron todos por lo bajo, mientras que por lo alto contemplaban un video de Pamela Anderson (sic). Iguanemos las peripuplas – dijo el Guerzón, pequeño engendro, desde su cuarta boca, a mano izquierda. El movimiento impele al átomo Quincinho a huestes encabritadas en sentido contrario. Un desastre. Una barbaridad. Tengo miedo. Se corta la comunicación.


Funky

Dos tambores acuden a los bigotes-cigarra de el Artista, antes conocido como Prince, que mira complacido desde un baño lounge del planetario de Las Vegas, léase el infierno de día, de dante, de duarte, de diamante, de espadas. En la jaula del papagayo se enverdecen los cigarrillos light del fin del mundo. He aquí una escena que se repite: el pingüino degüella a la cigüeña. Grave. Desde el primer balcón asoma lucía y su sexo, con cara de amelie y escote de nikita, ututuy dice el papirri, vernáculo. Apaguemos las velas, las bolas, las balas, chusta baby, shut up waway.


Es hora

Es hora de retirarnos, el chinazo se desvanece como seda entre los cactus. Fuelle heavy. Se acercan los ingleses. Larga a vida al rock, amanezcamos. Hasta el Faro camaradas! el horizonte nos espera.

martes, 22 de mayo de 2007

Pasos

1. Hay un paso que se da. Un paso incierto hacia el futuro. Un paso que hace la diferencia entre aquí y allá, entre hoy o ayer, entre antes y después. Un paso, define en el gran libro de las frases célebres, lo que es hoy, en nuestro mundo, el astronauta, como símbolo de la humanidad. Aquella de ‘Un pequeño paso para el hombre (pausa dramática kjkjkjkjunpositronbrrrrr) y un gran salto para la humanidad’. Me gusta eso les cuento. Aunque no deja de ser molesto el saber que los gringos usaron ese hito de manera política. Un asco. Como casi todo lo que sale de sus políticos. Aunque otra frase ‘guerra fría’ -hay que decirlo- les salió brillante. Volviendo a los pasos, funcionan como un símil fantástico a la hora de explicar distancias y correrías. Son fetiches de tiempo y espacio. Una maravilla. El astronauta flota decenas de meses nada más para dar un paso. Y aquí entra el tema de la trascendencia de las cosas. La consecuencia de los actos, la conciencia de los seres. Pero yo prefiero el mundo, la vida y sus pequeños pasos.

2. El signo del paso: la huella. El beso del paso al futuro.

3. El primer paso: el que inaugura el mundo asible. El mundo como extensión de los pasos y las posibilidades. El paso que es orgullo paterno y zozobra materna. El paso hacia el espejo, los juguetes, el patio, el mundo abrupto, los abuelos, que en ese paso quedan adelante. El paso del fin del mundo.

4. Un cósmico mundano de mis favoritos, Gustavo Cerati, escribió aquella frase de ‘Yo( y aquí hace una pausa dramática y sexirula) prefiero seguir tus pasos’. Los pasos como acción de aproximación. De estar con vos. El acoso, la seducción, acaso la obsesa persecución del amor, el deseo, lavigilancia, la contemplación, el voyerismo, la fascinación, la babosidad, el sojuzgamiento, la resignación.

5. El origami del paso: el baile. El paso que vuelve sobre sí para hacerse eternidad, música, pasión. El paso que no avanza, pero atrae, sugiere, abraza, alza vuelo en estricta concordancia con la tierra. El salón de baile: el espejo de los dioses.

6. El paso fatal, el último: el que no se llega a dar. La intermitencia, y luego la abrupta parada, la interrupción de lo inconcluso, la muerte. El paso inmóvil hacia la noche blanca.

un astronauta, cavilaciones

Soy un astronauta: floto errante entre este y otros mundos. Lo cual puede traducirse en el enorme beneficio de ser otro, y en el de estar, a la vez, en muchas partes. Por esta autoproclamada condición, me son dadas las facultades de contemplación y exploración de nuevos planetas, seres y latitudes; y el derecho a reclamar -en nombre propio o ajeno, individual o plural- las tierras que avistare y/o visitare en el vasto cosmos de la vida -las vidas- que me toquen transitar. En este espacio, me despliego en todas las formas que me son posibles: músico, escriba, designer, dilettant, quirquigan, parroquiano, fabulista apócrifo, ciudadano, artista, poeta, etc.; para desde ellas tratar, proponer, auscultar temas de variados intereses y matices. Así mismo me es otorgada la palabra, como extensión del pensamiento, instrumento de trabajo y medio para poner en conocimiento y consideración de Uds. aquello que creo, pienso, siento, sueño, hago, digo o buenamente me acontece en el camino diario.

Escrito en el agua – (escrito encontrado)

Zenith. Todas las luces del mundo confluyen en crucigramas de invención varia. El cielo se cae a pedazos. Lejos de la resignación o la podredumbre, el aire respira esparzas de nubes oleadas, de engendros prismáticos. En esta fotografía, caben portones adustos, estrellas gavieras, manadas de niños corriendo detrás de una carretilla. De una: la calle, sus vidas, sus casas, sus techos: la tarde en el sol de la isla. Las cuatro, las cinco. Remanso que verdea sus cascadas tímidas sobre las sandalias, sobre los anteojos. En la arena, sombra humana que medita sus días y sus tardes, al calor del sol espléndido.



Copacabana, enero 2002

Cuaderno Rojo

Hace -ya- casi cinco años publiqué mi -hasta ahora- único libro de poemas, titulado "Cuaderno Rojo", en homenaje al objeto que contenía los primeros bocetos de aquellos treinta y seis poemas que finalmente quedaron en ese pequeño libro, aún entrañable para mí, por lo que significó editar los primeros poemas que juzqué publicables, y que marcaron, además, un punto de inflexión clave en mis textos: había aprendido -finalmente- qué es un poema y qué una letra de canción. Me tomó años comprender la diferencia. Desde entonces -quiero creer que- se abrió una nueva puerta para mí y ya no me sentí frustrado por no poder expresar en una sola obra todo lo que tenía que decir, sino que dispuse de una nueva forma, como expresión y continente, para decir lo que intentara decir. Con el tiempo me dí cuenta que la aproximación a la realidad de mis textos se realizaba de una manera casi fotográfica, en tanto objetos de acción y emociones finitas, figura y fondo, luz y oscuridad fraguando forma y contenido en un instante-espacio.

Pero quién soy yo para hablar sobre mis escritos, dejo eso a los que saben. y a las palabras que hablan por sí mismas.

jueves, 17 de mayo de 2007

lanzamos blog! bienvenidos

Hay un lugar para todos y un futuro posible más alla de los papeles. La poesía es subversión de lo que llamamos realidad y mundo. Todo está girando. Bienvenidos al milagro. Todas las vidas la vida. Rockanroll y buenos días...


LIBÉLULA


La libélula es un ángel caído en desgracia
que doma – incansable – el aire arisco.

La libélula es hija del helicóptero y la abeja,
curiosísima aventura.

Cuando nos presta sus ojos
podemos ver – en el día – las estrellas
que azulean.

Con el más leve sonido,
en las paredes de yeso
su escasa sombra aterra.